Lo que hablamos en nuestro día a día influye profundamente en la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.
Nuestro vocabulario revela lo que sentimos y tiene la capacidad de cambiar nuestro estado emocional y el de las personas que nos rodean.
Es bueno buscar formas de reencuadrar las palabras que nos pueden estar causando problemas. Por ejemplo, una de estas podrá ser «no puedo», la podemos reencuadrar y usar «no se como hacerlo, todavía».
Como este ejemplo hay muchas cosas que podemos cambiar en nuestro vocabulario diario, como, problema, cambiarla por reto… dificultad por oportunidad.
También podemos usar palabras cuyo significado es naturalmente positivo, como excelente, fabuloso, fantastico, asombroso… si haces la prueba el mero hecho de pronunciarlas en voz alta energiza el ambiente.